#Opinión| ¿Estamos Siempre En Cuidados Intensivos?

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Por: Edgar Martínez Méndez

(@PrensaArameoSAS)

Los colombianos pareciera estamos condenados a ser pacientes críticamente enfermos mentales por la constante oleada de noticias negativas producidas por parte del Gobierno. Examinar una constituyente, democracia en emergencia, niños sin alimentos y reclutados, tambalea intento de diálogo con grupos ajenos a la ley, medicamento vital para la vida descontinuado, sube cifra de desempleo, desorden público desmedido, reformas sociales ponen “rabiosos” a políticos y presidente pelea hasta con su propia sombra. Un panorama desolador en esa sala de urgencias.  Parte médico: estamos históricamente en cuidados intensivos…

 

Cuidados intensivos parafraseados siempre por periodistas cuando determinado tema relacionado con la salud entra en crisis y afecta de forma directa las vidas de   millones de pacientes. Pacientes como ese colombiano de a pie ajeno a la política que de un momento a otro observa en la televisión, oye en la radio o interactúa en las redes sociales con “ráfagas” de información gubernamental casi siempre polémicas, casi siempre extremas y casi siempre desalentadoras. De este diagnóstico, estoy seguro, no se salvan ni los mismísimos adeptos del actual gobierno, ni aquellos del tal Pacto Histórico, ni los gomosos de la “cosa política. “Toda esta locura no me cabe en mi cabeza”, mijo, diría, mi recién fallecida madre.

 

Aclaro que el dolor de cabeza social, económico, cultural y político es culpa de todos los doctores de nuestra patria -presidentes de todos los bandos-. No obstante, el  gobierno del “cambio” con sus acelerados y erróneos dictámenes nos conduce a niveles altos de estrés con consecuencias cercanas a fuertes migrañas. Por ejemplo, las denuncias por el desabastecimiento, según el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima), “de 25 referencias de remedios para tratar enfermedades raras, varios tipos de cáncer, diabetes, VIH, convulsiones, condiciones oculares, métodos anticonceptivos, problemas hormonales de crecimiento y antibióticos e incluso medicinas para tratar la depresión y la epilepsia”. Vamos rumbo a la locura, Lucas…

 

Otro fuerte malestar sensible para toda la sociedad es atentar contra los derechos de los niños, niñas y adolescentes en un país donde descaradamente se negocia la paz con grupos terroristas que reclutan menores de 18 años para inducirlos en las guerras regionales para acabar de tajo con su desarrollo infantil y adolescente y sometiéndolos incluso a violencias sexuales de toda baja calaña. De acuerdo con la Defensoría del Pueblo, “184 niños y niñas fueron víctimas de reclutamiento forzado, en edades que oscilan entre los 9 y 17 años”.

 

A ese aterrador panorama, se suma “246 niños menores de 5 años muertos en Colombia por desnutrición aguda, más de 74 mil estarían sin recibir el Plan de Alimentación Escolar (PAE), 15,5 millones de personas en el país padecen de inseguridad alimentaria y el 40% de la población se alimenta dos veces al día o menos”, dicen organismos locales e internacionales. Entre tanto, la dieta para los ilustres huéspedes de la  Casa de Nariño se estima en 30 millones mensuales para atender los gusticos de esos pobres viejecitos sin nadita que comer… Que dolor intestinal tan madre!  Me voy para urgencias.

 

La verdad describir en siete u ocho párrafos este parte médico nacional me va a producir un fulminante paro cardiaco. Sin embargo, debo asumir la valentía de millones de inconformes colombianos siempre dispuestos a denunciar cualquier atropello que atente contra su vida. Es por eso necesario seguir el ejemplo. Entonces a tomar unas “gotas de valeriana” para bajar el estrés y calmar este fuerte dolor de pecho, o mejor, de patria por la pataleta del Doctor, Gustavo Petro de poner en alto riesgo la vida y obra del poder Constituyente del 91, según él, ante la negativa que han recibido las reformas sociales (salud, laboral y pensional) presentadas por su gabinete ministerial a Cámara y Congreso.

 

Ese astuto dictamen del “doc-presi” -en esencia buscaría la reelección- despertó a más de un político, apolítico y políticos profesionales de una anestesia local porque de inmediato se prendieron las alarmas ante un atentado contra la democracia. “El deseo de Petro de cambiar la Constitución es la confrontación abierta como cortina de humo para justificar la incapacidad de su Gobierno para adelantar las reformas. Más polarización, más agresiones, más caos. Fatal. Era previsible (…) señaló Sergio Fajardo, ex candidato presidencial. Este polémico tema tiene con fiebres elevadas a más de uno…

 

Resumiendo, la historia clínica del actual gobierno -problema tras problema social, económico o político- traerá un escándalo que para bien o mal afectará la cotidianidad de nuestras vidas. Acabando de redactar estas letras nuevamente un familiar del Presidente involucrado en corrupción, diplomacia entre Colombia y Argentina en vilo, masacres regionales, más menores involucrados en violencia sexual, fleteros en todas las regiones, accidentes viales por embriaguez, tiemblan las reformas sociales, desempleo, hambre, pobreza, inestabilidad económica, canasta familiar por las nubes y sumando…

 

#Parzival: ¿Cuál Será El Significado De La Palabra Reflexión Para El Presidente Gustavo Petro (@petrogustavo)?

Edgar Martínez Méndez Es Asesor, Estratega, Periodista, Reportero, Redactor Y Especialista En Diversas Formas De Comunicar

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¡PETRO, PETRO! ¿POR QUÉ ME HAS ABANDONADO?

 
Una de las grandes verdades en el dinámico escenario político es que ya en  ejercicio gubernamental ‘todo se vale’. Una frase popular y divulgada con humor negro, pero tan real como el reciente escándalo entre el primer mandatario de los colombianos, Gustavo Petro y su progenitor, Nicolás Petro, enfrentamiento en el que más allá del supuesto ingreso de dineros ilegales a la campaña presidencial, el factor de responsabilidad paternal juega un papel fuerte de discriminación contra un ser humano, que pese a sus errores, siente en carne propia los azotes del hambre de poder que, según sus palabras, le llevaría incluso a  “inmolarse por él y por su causa”[1].

 

El ‘todo se vale’ toma más fuerza cuando realizando un rápido y juicioso estado de arte de artículos periodísticos sobre el más reciente y fuerte escándalo (nacional e internacional) de la familia presidencial, en el que padre e hijo son epicentro de las turbias transacciones entre personalidades dudosas de la vida pública y privada, especialmente de la Costa Atlántica, para  financiar y obtener la presidencia, dejan un cruel manto demostrado en “la angustia, que revela el aislamiento y la soledad de todo hombre”[2] cuando siente a diestra y siniestra el escarnio público por parte de su padre (héroe), sus hermanos, su ex mujer y la prensa tradicional y digital.

 

«Lo más importante es el tema familiar y sentimental. Yo sí sentí que él me dejó solo, me dejaron solo, y me duele muchísimo»[3]. Sentenció, Nicolás Petro, en una de las diversas respuestas a la Revista Semana y citadas en medios locales y mundiales. Siendo honestos y sin tener un título de psicólogo, psiquiatra o cualquiera de esas respetables profesiones que examinan lenguajes verbales, corporales e incluso mentales, las palabras y las frases certeras al ego y autoestima del acusado generan respuestas como la de ‘vender’ literalmente ante la sociedad criolla al primer hombre de izquierda que traería un ‘gobierno del cambio’,   ‘potencia mundial de la vida’ y una ‘paz total’, sin el respaldo de dineros de la mafia y las malas manías propias de los históricos politiqueros emanados de esta destrozada patria.  

 

“Abandonado por casi todos los suyos, traicionado y renegado por toda su familia, rodeado por los que le insultan, Nicolás está bajo el peso aplastante de una situación que debe pasar por la humillación y el aniquilamiento”[4]. Así podría resumir, siendo empático, la parte emocional del señalado ante el acoso interior de formar semejante ‘bochinche’ político, ante la presión de ser hijo del Presidente, ante el acoso de las denuncias de su ex mujer, ante el acoso de ser padre en días cercanos, ante el acoso de las redes sociales y sus contenidos sarcásticos y ante el acoso de una sociedad que se alimenta generando juicios de valor contra sus semejantes para terminar de acabar con la poca honra en entredicho.

 

“Yo no lo crié. Esa es la verdad”[5], “(…) Yo me separé de mi hijo y de Katia”[6], “(…) Realmente nunca tuvimos la oportunidad de convivir”[7], “Todos desde pequeños, los hijos que yo crie siempre han tenido la certeza de la rectitud en relación con lo público”[8], “A mi hijo le deseo suerte y fuerza. Que estos sucesos forjen su carácter y pueda reflexionar sobre sus propios errores”[9]El máximo padre de la patria, el padre de familia, el padre de Nicolás Petro fue quién arremetió con estas frases contra su propia sangre. Al caído caerle, dice el adagio popular. En palabras de profesionales de la psicología: “Los padres que abandonan a sus hijos pueden generar un daño fuerte a nivel psicológico en los pequeños, creando una herida que permanecerá en sus corazones por toda la vida”[10].

 

Resumiendo, el corolario de este conflicto familiar de vieja data deja a un ser humano, a un ciudadano, a un señalado por la justicia en manos de una condena social. «Ni siquiera querían tomarse una foto conmigo porque ‘uy, qué dirán si salgo con Nicolás Petro’. Entonces, es una situación que me tiene destrozado, triste, deprimido y, bueno, pues me toca luchar por mi hijo»[11]. Señoras y señores, así es  el hambre del poder político en ‘todo se vale’. No importa lo más preciado de una sociedad fuerte como es la familia. No importa el ser humano en toda su esencia. Lo que interesa es llegar a la cúspide pasando y pisoteando a quién se atraviese.

 

Quiero expresar que la idea de escribir estas letras son una percepción personal de cómo el consumidor de medios, los productores de noticias y los sujetos señalados por el acusado empezaron una guerra comunicacional para defender sus particulares intereses sin pensar en esa persona, que sentada ante el fiscal del caso mostraba en su rostro dolor, angustia, incomodidad y un juicio social, sin tener una mano amiga con una caricia de aliento porque en esencia los humanos somos afectos a las emociones positivas. Entre tanto, Colombia y los colombianos observando como idiotas, ‘EL TODO SE VALE’.

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 Las Territoriales, Apuesta Para Recuperar #CapitalPolítico

 
Por: Edgar Martínez Méndez| @EdgarMMDircom| #DirCom|

 

Siempre recalco en estas letras que Colombia es un país político. De una caliente elección presidencial pasamos a elegir una renovada lista de senadores y representantes. La movida política seguirá con las elecciones territoriales el 29 de octubre, en las que desde ahora se augura una fuerte contienda entre los candidatos del partido de gobierno, los partidos tradicionales, los movimientos, las figuras independientes y el posible resurgimiento del centro y la derecha como serios rivales a tener en cuenta.

 

En ese contexto, el agite electoral de octubre comenzó con la salida al ruedo de Germán Vargas Lleras, representando a Cambio Radical; Álvaro Uribe Vélez, legendario líder del Centro Democrático y Sergio Fajardo, posicionando su nuevo Partido, Dignidad y Compromiso. La estrategia de estos ‘viejos zorros’ de la política es realizar correrías por los territorios donde perdieron poder, poniendo la cara a sus colectividades para enfrentar las controvertidas reformas del gobierno nacional y emitiendo el grave diagnóstico de la gobernanza, Gustavo Petro.

 

Lo anterior podríamos resumirlo con las palabras del ex candidato presidencial y ahora aspirante por la alcaldía de Medellín, Federico Gutiérrez, “recuperar el país comenzando por las regiones”. Pero también matizándolo con un impactante mensaje mediático de Vargas Lleras, “las elecciones regionales deben convertirse en un ‘mini-referendo’ contra el gobierno del cambio”. La palabra clave en estos anuncios, vengo insistiendo en tertulias sobre el futuro político del país, está en las regionales porque los partidos tradicionales y sus jefes saben que ahí radica parte de la recuperación del capital político y una apuesta estratégica para las presidenciales del 2026. El tiempo me dará la razón.

 

Comenzar por reconquistar los territorios más importantes por su potencial electoral  es maniobra calculada de los profesionales en estas viejas luchas electorales. Y de eso, los Vargas Lleras, los Gaviria, Los Uribe, los Char, entre otros prominentes apellidos de la ‘cosa política criolla’, la tienen más clara que el agua. Infiero, entonces que departamentos y sus capitales como: Bogotá, Antioquia, Cundinamarca, Valle del Cauca, Atlántico, los santanderes y las zonas con más de un millón de votos serán las ‘presas apetecidas’ por las líneas tradicionales, la oposición y los mismos partidos, movimientos o figuras que se alinearon con el actual gobierno.

 

Siendo honestos va a ser una pelea a muerte desde ya entre todos los bandos políticos porque seguramente senadores y representantes aliados con el mismo gobierno buscarán apoyos locales y regionales para sostener sus curules a futuro. Ahí no va a importar ideología, color o bandera. Lo importante es estar en la rosca gubernamental, que a propósito deja mejores intereses que los bancos. De eso estoy seguro. Partidos como Cambio Radical, Liberal, Conservador e incluso, Centro Democrático van a ser benévolos con avales para quienes se acoplen a su proyecto de recuperar sus representaciones. En política todo se vale, dice el adagio electoral.

 

Esto se calentará aún más ya que la derecha con una fuerte oposición al denominado Gobierno del Cambio y la sombra repentina de Uribe Vélez brindando tinto como cualquier ciudadano del común a los parroquianos de cualquier lugar  potencia un nuevo aire y salir de entre las cenizas, tras la derrota en presidenciales, Congreso y Cámara. Creo, irán por la alcaldía de Bogotá, Medellín y Gobernación de Antioquia a la fija. Brindarán apoyos a nuevas figuras y volverán a reclutar a quienes les dieron la espalda por esas cosas de los radicalismos. La política es dinámica.

 

Otras fuerzas, dice el Portal La Silla Vacía, como la denominada Coalición Centro Esperanza, que “reúne a la Alianza Verde, el Nuevo Liberalismo, Dignidad y Compromiso Ciudadano, se va a medir con apuestas conjuntas y separadas”. Este aparte soporta más mi tesis de cómo en épocas de elecciones territoriales poco interesa la procedencia de un aspirante ya que de esta triada salió en los últimos días el candidato oficial a  la Alcaldía de Bogotá, el legendario político e icono ideológico del Polo Democrático Alternativo, Jorge Enrique Robledo, en otros tiempos ‘amiguis’ de sendas luchas electorales con el Presidente, Gustavo Petro. Esta coalición tiene un as bajo la manga para las presidenciales del 2026, Sergio Fajardo. También buscarán una fuerte representatividad en los comicios de octubre.

 

Para los fines mencionados, ‘el caballito de batalla’ es y será durante toda esta larga campaña el desgobierno del primer mandatario de los colombianos, quien se encarga a diario de darle ‘la papayita’ a la histórica corte de políticos conocedores de los menesteres de cómo lograr  sus objetivos. Los temas van desde las polémicas reformas, la inseguridad en todos los niveles, los elevados costos de la gasolina que encarecen cualquier compra de producto o servicio, las justificadas denuncias de corrupción y burocracia, sus constates viajes como todo un ‘trotamundos’ y sus familiares cercanos ligados a malas compañías y torcidos de baja calaña.

 

Pero seamos honestos. El gran perdedor es sin lugar a dudas Colombia y los colombianos, especialmente quienes apostaron a un cambio. Los resultados muestran pobreza, hambre, desempleo, violencia, incertidumbre, cierre de empresas, multinacionales en éxodo y un gobierno más pendiente de cazar peleas por redes sociales a cambio de enfrentar la responsabilidad por la que fueron elegidos. “la gente siente incertidumbre, particularmente en los estratos 1, 2 y 3, no hay señales claras”, sentencia el Estratega Político, Ángel Beccassino.

 

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 #Jodidos Por Punta Y Punta

Por: Edgar Martínez Méndez| @EdgarMMDircom| #DirCom|

Los dueños de los dos cargos (Alcaldía-Presidencia) más importantes y apetecidos por la política criolla pasan por estados de crisis sin precedentes en la gobernabilidad local y nacional, provocados por sus acelerados discursos revanchistas, el afán de ser tendencia en redes sociales, las peleas con los partidos tradicionales, la falta de sensatez para llegar a puntos de acuerdo, el elevado ego de cada uno y las constantes ‘embarradas’ de altos funcionarios de primer nivel.

 

Decía Robert Louis Stevenson que ‘la política es la única profesión para la cual no se considera necesaria poseer preparación alguna’. Pareciera que Claudia López y Gustavo Petro, le hacen apología a esta cita porque pese a obtener y mostrar sus honorables títulos de las más prestigiosas universidades locales e internacionales, sus erráticas acciones y decisiones de pseudolíderes tienen en incertidumbre en todos los frentes a 10 millones de capitalinos y más de 50 millones de colombianos.

 

Por un lado,  el máximo dirigente político de los colombianos en 10 meses de mandato muestra opacos resultados en las grandes promesas a sus más fieles seguidores. Ni trabajo ejecutivo, ni potencia mundial, ni cambio, ni paz, ni justicia social, ni coalición, ni reformas, ni nada de todas esas promesas divulgadas en las regiones y matizadas en las redes sociales. Por el contrario, el colombiano de a pie desesperado por el costo de vida, reflejado en agudos precios en los artículos de la canasta familiar, los empresarios asustados cerrando empresas y sacando sus capitales a economías menos riesgosas, las multinacionales en éxodo por los macabros anuncios de la Ministra de Minas, especialmente. Todo es incertidumbre.

 

A ese doloroso panorama, se agrega, en las últimas semanas denuncias fuertes sobre corrupción de sus más cercanos familiares, nombramientos en cargos públicos a la ‘loca’ y para alimentar el fuego con gasolina, las estruendosas grabaciones en las que el ‘amiguis’ número uno del Presidente, Armando Benedetti, arremete contra el gobierno, la forma de gobernanza y varios funcionarios de alto cilindraje. Pareciera una horrible noche con libreto sin fin, calificada por Ariel Ávila, uno de los senadores alineados con el proyecto del Pacto Histórico como: “un impacto de crisis demoledor”, sin futuro alentador para sacar adelante las ambiciosas reformas a la salud, laboral y pensional. Toda la estantería se vino al piso.  

 

Por otro lado, la primera mandataria de los bogotanos aprovechando las embarradas del gobierno nacional para seguir promoviendo su candidatura presidencial, activismo cotidiano desde su llegada al Palacio de Liévano y una estrategia politiquera de varios de sus antecesores. Ser candidato a cualquier cargo de elección popular es digno de cualquier ciudadano porque nuestra Constitución nos brinda esa loable oportunidad democrática, pero en honor a la realidad, la capital y los capitalinos estamos pasando por otra de crisis reflejada en los altos índices de inseguridad, una movilidad enloquecedora, un sistema de transporte masivo para animales enjaulados, una liderazgo segmentado para quienes aplauden a la alcaldesa y una ciudad calificada por varios generadores de opinión como Ciudad Gótica, tratando de parafrasear las imágenes de la película de Batman. La realidad de Bogotá es deprimente.    

 

Esa idea de “coger” la Alcaldía Mayor, el segundo cargo político más importante de Colombia, como trampolín electoral para llegar a la presidencia debe ser congelado de tajo por los aspirantes en las elecciones de octubre próximo porque es el oportuno momento de revitalizar a una ciudad que merece los mejores honores por parte de sus administradores y habitantes de las 20 localidades. Esa es una tarea en equipo ciudadano para revitalizar la marca amarillo y rojo en su bandera.

 

La nueva Alcaldesa o Alcalde tiene la favorable oportunidad de llegar al Palacio de Liévano con una marca registrada que se viene posicionando hace 484 años. Por ello, sus acciones estratégicas deben estar enmarcadas en políticas públicas cercanas a las necesidades de la población, que van desde mejorar la calidad de vida, pasando por aceptar la inclusión de géneros y diversidad en todos los escenarios sociales y culminando por terminar con urgencia las mega obras de infraestructura. Que todo esto sea por Bogotá y los bogotanos.

 

En anteriores columnas referencio con cifras, datos y hechos la dramática situación de la ciudad capital, la ciudad de todos los colombianos. Ahondar es llover en mojado. Lo importante, en mi criterio, es que para bien o mal, la actual administración culmina su periodo en diciembre.

Vienen las elecciones regionales o locales de octubre en las que cada ciudadano tiene la gran oportunidad de evaluar quién es el candidato con el mejor proyecto para un todo, no para una idea, partido o movimiento político. En Bogotá, especialmente, tenemos varias opciones que van desde la derecha, el centro, izquierda e independientes. Elijamos el mejor por su hoja de vida pública y privada, su experiencia, su programa, su educación, su honradez…

 

Colombia y su capital han elegido recientemente líderes que han impuesto el miedo, el resentimiento, la rabia y el odio para cargar sus ideales y acciones a la brava sin pensar en las necesidades de quienes les apoltronaron en sus cargos. Por eso, vale tener en cuenta a la hora de votar: “El mundo digital ha creado una especie de realidad paralela, que hace que se creen situaciones para manejar la emocionalidad y la opinión de las personas. Así, han creado también personajes, que luego son elegidos en cargos de poder sin tener la más remota idea de lo que hacen, y que son, en gran parte, responsables de que hoy el país esté en esta “descuadernada”, Diana Giraldo, periodista de Caracol Radio y Columnista de Revista Semana. De lo contrario vamos a seguir jodidos por punta y punta.

 

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#Mujeres, El Mejor #Golazo De La Vida

Por: Edgar Martínez Méndez| @EdgarMMDircom| #DirCom|

Sería un agravio dejar pasar por alto en estas redacciones la conmemoración de los históricos días, semanas y años de las mujeres -fui parido por una de ellas- sin escribir una reseña sobre cualquiera de los tantos temas positivos o negativos, sensibles o emocionales, que afortunadamente promueven o resaltan el estado de arte del ‘sexo fuerte’ en la sociedad criolla, regional y mundial.

 

Debo precisar, sin temor a ser criticado por parte de mis pares, el calificativo de ‘sexo fuerte’, que es producto de las batallas ganadas dentro y fuera de sus núcleos personales, familiares, sociales, profesionales y judiciales. La verdad, por ahí no quiero extender este homenaje porque los resultados, gracias a diferentes sectores de las variadas sociedades saltan a la vista. Ellas, con toda razón exigen y exigirán aún más.

 

Reconozco la sorpresa tratando de argumentar este escrito cuando encontré que ‘56 días o semanas del calendario feminista son dedicados puntualmente a concientizar sobre temas sensibles o curiosos como: Día Internacional de las Viudas, Día Internacional del Orgasmo Femenino, Día Internacional para la Erradicación de la Fístula Obstétrica, Día Mundial de la Costurera, Semana Mundial de la Lactancia Materna, Día Internacional del Fútbol Femenino’, entre otros de temáticas superlativas que pueden ser consultados en: www.diainternacionalde.com


Lo anterior es positivo porque como dijo este preciso 8 de marzo, en el Programa Hoy por hoy de Caracol Radio, la periodista, Vanessa de la Torre (@vanedelatorre), palabras más, palabras menos, ‘las mujeres hemos avanzado en muchos escenarios de la vida pese a las dificultades propias de unas sociedades machistas’. De hecho, la comunicadora matizó su comentario diciendo que sus colegas, editores y directores, le han aportado mucho en su fructuosa y reconocida profesión.

 

No obstante, el lado negativo se produce a diario en los medios de comunicación informando sobre horrendos casos de mujeres desaparecidas, asesinadas, maltratadas, golpeadas, insultadas, estigmatizadas y, en los dictámenes de las autoridades, las aberraciones contra ‘niñitas’ sometidas al abuso sexual por parte de sus más cercanos o usadas como transacciones en el Internet para el deleite de los amantes a la pedofilia. La verdad, las cifras y auscultar sobre esto me causa asco e indignación como hombre.

 

Frente a estos asquerosos hallazgos, la sociedad femenina, en cabeza de mujeres líderes en el ámbito político (@PizarroMariaJo) y comunicacional (@Anitavelez9) no se quedaron quietas y vienen sensibilizando la situación con la promoción de la iniciativa: ‘Declaren emergencia nacional por aumento de violencia de género y feminicidios en Colombia’, labor consolidada con más de 15 mil firmas, una fuerte y efectiva promoción en medios tradicionales y digitales, y la idea de despertar en el gobierno de turno una eficaz política pública para aliviar los flagelos contra las niñas y las mujeres.

 

Pero, las damas también nos causan emociones, en el buen sentido de la palabra, en el buen sentido de la imagen y en el buen sentido de su qué hacer profesional. Por ejemplo, su constante incursión en el campo del periodismo deportivo, actividad hasta hace más o menos una década propia de los ‘egocéntricos y machistas’ hombres de los medios. La verdad, es que sin lugar a dudas, ellas vienen siendo un verdadero golazo para enriquecer, animar y dignificar las aburridas parrillas deportivas.

 

Las comunicadoras colombianas, jóvenes en algunos casos, aportan con sólidos conocimientos en esas discusiones del juego, la táctica y la estrategia en los globales partidos de fútbol, una tarea que merece una fuerte dosis de academia, conocimiento y experiencia. En ese sentido, viene a mi mente, Claudia Helena Hernández (@ClaudiaHelenaH4), a mi juicio pionera en las transmisiones radiales cubriendo camerinos, labor asignada en los años 80 a los ‘meros machos’. Espero ser certero en esta última anotación.

 

En esa línea, pero más próxima en mediatización y cronología vemos en Espn, Canal especializado en deportes, a Diana Rincón (@Dianirin), una profesional con mucha propiedad por su seguridad, certeza, ilustraciones, lenguaje verbal y no verbal. ‘Además de las emociones de la final de la Europa League, también transmitió la Bundesliga, La Liga de España y Premier League, las ligas más importantes de Europa’, destaca BolaVip.com. Con este palmares debe seguir en la titular de cualquier nómina.

 

Ellas producen a diario contenidos positivos o negativos, sensibles o emocionales como traté de describirlo a manera de una sencilla dedicación a todas las mujeres, que en honor a la verdad, hacen historia todos los días, todas las semanas, todos los meses y todos los años. Por eso, a toda hora debemos bridarles un merecido reconocimiento social y humano.

 

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El Quinto Intento Con Los Elenos

Por: Edgar Martínez M. | @EdgarMMDircom | #DirCom|

 

Un rápido estado de arte en artículos de prensa sobre los acercamientos entre varios gobiernos, especialmente de partidos tradicionales y el Ejército de Liberación Nacional (Eln), para realizar diálogos dispuestos a llegar a unos acuerdos que permitan concertar la paz con este grupo guerrillero concluyen serias dificultades para lograr una luz de esperanza que permita acabar la guerra con los “elenos” ante su radical y particular posición ideológica, geográfica y política.

 

La revisión documental resume que entre 1975 hasta 2022 los intentos para lograr levantar una bandera blanca como símbolo de paz con el grupo guerrillero resume cinco ensayos en 48 años, con gobiernos que fueron desde Alfonso López Michelsen, pasaron por el liderazgo de Cesar Gaviria y el más reciente experimento con el actual mandatario, Gustavo Petro, líder cercano teóricamente a las causas sociales de los elenos.

 

Según el rastreo editorial, el Estado representado en los gobiernos de turno ha hecho su tarea. Invitan, convocan y divulgan en medios de comunicación la urgente necesidad de realizar reuniones y mesas de diálogo para empezar a llegar a puntos de equilibrio que permitan parar una guerra con otra de las tantas guerrillas históricas de esta devastada Colombia. Esa conflagración sigue dejando a un país cada día más pobre, más sub desarrollado y más cercano a seguir acabando con los sueños de la población civil, especialmente de las nuevas generaciones que ven en la delincuencia urbana y rural una salida a sus problemas.

 

Entre tanto, los Eln; terroristas, narcotraficantes, secuestradores, violadores, reclutadores de menores de edad, entre otros calificativos propios de grupos delincuenciales, como les señalan en varios artículos de prensa, se burlan literalmente de Colombia y los colombianos, pero además de una agenda propositiva amalgamada en países garantes, representantes de organizaciones reputadas del orden nacional e internacional, ideólogos políticos de todos los bandos inmiscuidos en este callejón sin salida y una serie de garantías sin precedentes.


Los guerrilleros sustentan su aislamiento de los acercamientos de amistad con el país porque cada gobierno les deja dudas o las garantías son banales para sus exigencias doctrinales, sociales y limitadamente políticas porque pareciera a ellos poco les interesa ser padres de la patria o llegar al Palacio de Nariño, como reseña un artículo en el portal digital de El Espectador. Es decir, los atentados terroristas, los secuestros, el negocio de las drogas y su doble nacionalidad con Venezuela para delinquir, entre otras “pilatunas” deben ser aceptados y pasados por la faja para seguir adelante con un dilatado diálogo de paz.

 

O tal vez, la Arquidiócesis de Bogotá tiene la razón al reseñar en El Espectador: “Es absolutamente ingenuo pensar que unos grupos que llevan décadas en la guerra, en el narcotráfico, en la trata de personas, en la explotación minera ilegal, es decir, ejerciendo el poder de hecho en amplios territorios y enriqueciéndose a manos llenas, van a renunciar a todo eso porque el Presidente de la República habla de paz total. ¿A cambio de qué?, dirán los violentos. ¿De un salario mínimo? ¿De una parcela en una lejana montaña inhóspita? ¿De someterse a la Ley, aun sin pagar penas?(…).


Las respuestas a estos interrogantes las debe tener el propio Presidente que en su pasado perteneció a un icónico grupo revolucionario, por ende debe conocer a diestra y siniestra las exigencias, o mejor, el camino estratégico para llegar a las mentes de estas máquinas manipuladoras del orden público, la estabilidad estatal y los contantes llamados para conseguir esa tan anhelada tranquilidad, que en esencia es para los millones de colombianos por los que según ellos, ideológicamente luchan.

 

El Gobierno debe dejar a un lado su afán de ganar titulares en la prensa tradicional, posicionarse en redes sociales, promover su proyecto político dictatorial, empezar a respaldar candidatos para las elecciones regionales y emitir mensajes ambiguos porque está claro que los elenos les van a seguir haciendo el quite. Estos desaciertos trabarán aún más los nacientes intentos de dialogar frente a frente. Del Afán por ganar opinión pública solo queda el cansancio y se deja otra gran oportunidad de acercarse a terminar de tajo con ese gran enemigo tradicional en Colombia, la guerra, la violencia…

 

No obstante, se hace necesario exigir de entrada a los guerrilleros su verdadero compromiso e interés con los vientos de paz. “(…) incluir el narcotráfico como un tema de agenda, dejar de reclutar menores de edad y que estos sean liberados antes de iniciar cualquier negociación y finalmente, que no sigan extorsionando en las regiones “como lo vienen haciendo”, dijo exministro de Defensa, Diego Molano, a El Tiempo, tras evaluar los recientes acercamientos entre gobierno y los insurgentes.

 

Analistas coinciden en que los elenos son una presa difícil de roer por sus variados matices para funcionar como grupo revolucionario en alrededor de 22 departamentos de los 32 en el país, lo que significa una agenda rígida pero nada imposible para un gobierno acostumbrado a negociar en medio de los más hostiles momentos en el ámbito político, social y económico. Gustavo Petro y el Eln tienen las cartas sobre la mesa. Que comience el verdadero juego.

#PazTotal #Eln #Columna #Opinión

 

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La Capital Urge De Un Líder O Un Alcalde De marca #Bogotá

Por: Edgar Martínez M. | @EdgarMMDircom | #DirCom|

 

La ciudad más importante de Colombia mírese por donde quiera, poco o casi nada requiere de una estrategia de recordación, reconocimiento, posicionamiento o reputación. Eso lo tiene ganado desde el momento histórico (1538) en que fue elevada como la capital de propios y extraños que aun vienen de paso, visitan o se quedan para realizar sus sueños familiares, proponen sus ideas de negocios, diversifican sus pasatiempos, avanzan en sus estudios e incluso llegan a los cargos más poderosos de la vida pública.

De ese estatus debemos sentirnos más que vanidosos los puros “rolos” (producto de padres de otras regiones, pero paridos a más de 2600 metros de altura), en el sentido de valorar los avances, en materia económica, social, cultural, tecnológica, diversa, incluyente, eso sí, sin dejar a un lado las constantes “metidas de patas” de la clase política, que siendo honestos, debieron acelerar sendos proyectos para evitar los atrasos en diferentes frentes evidenciados y vividos a diario por parte del ciudadano de a pie.

 

Por esto último, sería absurdo redactar estas letras sin tener presente la mala situación por la que atraviesa la ciudad, especialmente en temas de inseguridad, movilidad, infraestructura y empleo formal, lo que nos invita a generar un fuerte llamado de atención a los futuros candidatos a la Alcaldía para que en sus ejes programáticos incluyan acciones estratégicas fuertes en aras de recuperar y fortalecer la reputación de la marca Bogotá.

 

“La reputación que se ha ganado Bogotá no es casualidad y está soportada por años de trabajo en los que la ciudad ha identificado cuáles son sus principales atributos y a partir de ellos ha construido una propuesta de valor sólida que pone a la ciudad por encima de muchos de sus competidores en la región”, destaca Forbes Colombia en una de sus ediciones digitales.

 

Para seguir en esa línea, sería pertinente, la última encuesta virtual #miVozmiCiudad de Bogotá Cómo Vamos, en la que 41% de los encuestados dijo sentirse orgulloso de la capital. Detrás de ese porcentaje podemos inferir que pese a los problemas de los huecos en la malla vial, las obras en las principales avenidas, el colapso del sistema de transporte, los interminables trancones, el hurto, los homicidios, las riñas callejeras y un marcado desarraigo de la alcaldesa con los cotidianos problemas, la gente quiere de una u otra forma a su ciudad, a su capital.

 

Quererla va más allá de estigmatizarla como herramienta sistemática para un progreso económico, académico o político. Quererla significa darle el valor histórico, cultural, humano y social. Quererla es respetarla por el hecho de brindarnos una suma de productos y servicios alentadores para seguir progresando, muchas veces, en medio de las dificultades propias de una metrópoli cercana a los 10 millones de habitantes y los desaciertos históricos de la clase política y sus intereses particulares.

 

Esa idea de “coger” la Alcaldía Mayor, el segundo cargo político más importante de Colombia, como trampolín electoral para llegar a la presidencia debe ser congelado de tajo por los aspirantes en las elecciones del 2023 porque es el oportuno momento de revitalizar a una ciudad que merece los mejores honores por parte de sus administradores y habitantes de las 20 localidades. Esa es una tarea en equipo ciudadano para revitalizar la marca amarillo y rojo en su bandera.

 

La nueva Alcaldesa o Alcalde tiene la loable oportunidad de llegar al Palacio de Liévano con una marca registrada que se viene posicionando hace 484 años. Por ello, sus acciones estratégicas deben estar enmarcadas en políticas públicas cercanas a las necesidades de la población, que van desde mejorar la calidad de vida, pasando por aceptar la inclusión de géneros y diversidad en todos los escenarios sociales y culminando por terminar con urgencia las mega obras de infraestructura. Que todo esto sea por Bogotá y los bogotanos

 

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DEL CUARTO DE #Guerra A LA #Campaña SUCIA Y EL MIEDO A #Votar

Por: Edgar Martínez M. | @EdgarMMDircom | #DirCom|

 

La guerra electoral por la presidencia está declarada desde el mismísimo momento en que los colombianos enfilaron sus votos por dos candidatos. Uno, un político profesional populista (62 años). Otro, un empresario demagogo y algo populista (72 años). Los dos, con sus “particulares” formas de comunicar han encendido desde sus cuarteles estratégicos contenidos, signos y datos, que incluso involucran lo más íntimo de sus linajes. La meta es el poder, incluso generando miedo entre el elector.

 

Esa guerra mediática, especialmente digital, puso al frente su más fuerte arsenal cuando el político de las mil batallas desde el Congreso y otros liderazgos públicos sacó del camino a su más odiado contrincante, la derecha, representada en esta batalla por Federico Gutiérrez, eso sí, sin tener presente que un soldado razo con ínfulas de general se revelaría para convertirse en la “piedra en el zapato” y el “palo” de la primera vuelta de una gesta cantada como triunfo. A días de la elección final se baten aun a muerte en el mundo virtual.

 

Triunfo puesto en duda porque las encuestas, creíbles o no, mantienen en alerta máxima a los dos bandos por pequeñas diferencias, lo que incita a un constante bombardeo informativo sin precedentes en campaña presidencial recordada, y que incluso, según expertos en Marketing Político, toca los más “bajos instintos” de una campaña sucia. “Distorsiona la realidad, inventa, atribuye cosas que no son reales. Y lo hace a sabiendas, con el único objetivo de dañar al otro sin importar cuál sea el medio utilizado. Para ello atraviesa las fronteras de la ética, de la dignidad del decoro…” dice   el Consultor Político Daniel Eskibel.

 

Siendo realistas, la cita se queda corta frente a la realidad vivida en las redes sociales en donde el agravio, la mentira, la difamación, las vulgaridades, la bajeza humana, la vileza personal y el irrespeto total por el dolor ajeno, por parte de la campaña del favorito con la victoria, en honor a la verdad, despierta serios reclamos del consumidor de medios tradicionales y digitales, hartos de la falta de altura profesional y ética para discernir sobre tan serio menester. “(…) están en campaña de aniquilamiento y exterminio moral del contrincante político. Hicieron del arte de la política una guerra sucia y cruel. Qué tragedia para la democracia!”, sentencia la conocida periodista, Claudia Gurisatti.

 

Como decía, el soldado raso con ínfulas de general, un párvulo en estas lides de la fuerte “cosa política” viene ganando terrenos por medio de una estrategia creativa, dinámica, joven e impactante en las redes sociales, con un marcado interés de seguidores en Tik Tok, pero últimamente en Twitter y Facebook, entre otras, en su orden. Astuto, a veces ingenuo, cuando de enfrentar los medios tradicionales (tv, radio, escritos) se trata, pero buen y sarcástico conversador para generar titulares impopulares, que en últimas le han hecho aumentar sendos puntajes en todas las encuestas y un marcado interés entre los electores de a pie.

 

Él evade los debates, las entrevistas presenciales y la plaza pública porque en esencia está seguro es un escenario en donde puede perder una elección, que para muchos probos en temas de Ciencia Política sería la gran sorpresa electoral de muchos años en esta dividida Colombia. Esas acciones, sin derecho a ser juez ni parte, son calculadas por su equipo estratégico de comunicaciones. Es decir, “soldado advertido, no muere en guerra”.

 

Aunque se considerara ilógico, los dos en determinadas cosas son parecidos en esencia porque emanan en sus discursos -uno más profesional, serio y pulido que el otro- promesas salvadoras, incluso populistas (defensoras de los intereses y aspiraciones del pueblo), para millones de civiles inmersos en pobreza, hambre, desempleo, desigualdad y una mejor calidad de vida. Generales salven ustedes la patria!

En consecuencia, la guerra por la presidencia está más viva que nunca.

 

A solo días, las tácticas y las estrategias comunicacionales y políticas aún juegan un papel fundamental para que los electores definan cuál de los dos se ajusta a su ideario para salir de uno de los momentos más críticos del país. De aquí en adelante cada día será una batalla campal, pero la guerra será ganada por el preferido el domingo después de las 5 de la tarde.

 

La invitación, con todo el respeto, es a ejercer el voto en una #Democracia, que para bien o mal, nos da el estatus de ciudadanos con el poder a decidir. A un carajo las redes sociales y sus contenidos cargados de vulgaridades, amenazas, distorsiones y persecuciones. Dejemos el miedo invitando a nuestros semejantes a potenciar la fiesta electoral con calma y tranquilidad.

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¿ CUÁL ES LA #Estrategia DE LOS CANDIDATOS PARA SACAR DE LA CRISIS A #Bogotá ?

Por: Edgar Martínez M. | @EdgarMMDircom | #DirCom|

 

Bogotá cuenta con un potencial electoral de 5.935.722 ciudadanas y ciudadanos (3.150.219 mujeres y 2.785.503 hombres), según la Registraduría  Nacional. De hecho, en las últimas elecciones en la capital salieron a las urnas 2,7 millones de personas, una cifra nada despreciable para la agitada, compleja y disputada elección presidencial, que por estos días acapara la atención de políticos y apolíticos en el escenario nacional e internacional.

 

Con ese apetitoso monto de votantes, la capital se convierte en el banquete preferido de todas las corrientes políticas para capturar votos. Siendo realistas con los números, los bogotanos, si quisieran,  elegirían o quitarían un presidente, en el caso de poner en práctica el sagrado derecho democrático de votar en masa. A eso, le apuntan, en cierta medida determinadas corrientes políticas que le tienen “medido el aceite” al calendario electoral.

 

Pelear un voto en una democracia participativa es válido. Lo que no tiene presentación es usar el capital votante solamente para poner presidente, alcalde, representante o concejal, sin que exista un verdadero compromiso con la ciudad y sus ciudadanos como viene sucediendo en Bogotá, la capital que genera progreso sistemático a gentes de todas las regiones, pero que durante los últimos años se convirtió en el “fortín” politiquero, especialmente de los líderes de izquierda.

 

En esa línea, relacionar cifras sobre inseguridad, hurto, atraco, desempleo, movilidad, entre otras de gran relevancia, es una tarea de los periodistas, los columnistas y analistas reconocidos. No obstante, en este aparte se precisa descalificar la actual administración de la capital, en cabeza de Claudia López, porque en esencia carece de desconocimiento administrativo público, falta de liderazgo, reconocimiento de crisis en todos los frentes y un marcado interés por usar el cargo como “trampolín” político para sus más cercanos en línea ideológica, y a futuro, para llegar pelear la presidencia de Colombia.  

 

“(…) Tampoco se trata de tener maestrías y doctorados. Para la muestra está Claudia López, con varios diplomas y una nefasta alcaldía, a la que llegó sin tener idea de administrar y que como resultado tiene a la capital del país vuelta un muladar”, dice Andrea Nieto, Periodista de Revista Semana en su última columna sobre la responsabilidad a la hora de entregar un voto a determinado candidato en la calentura de la fiesta electoral. Es un acto de responsabilidad con uno y los demás ciudadanos.

 

“(…) el poder de la palabra es inmenso. La palabra es esencial en el arte de la seducción y, a veces, también en el arte del engaño”[1]. Necesaria referencia y reflexión en precisos momentos en los que candidatos a la presidencia sacan a relucir toda su artillería discursiva prometiendo a diestra y siniestra empleo, educación, seguridad, subsidios, salud, cambios radicales del sistema, entre otras proyecciones, que en honor  a la verdad, se quedan en seducción electoral y terminan en el engaño tradicional.

 

Entonces, es  hora que los candidatos presidenciales, además de llenar la Plaza de Bolívar con miles de seguidores, usar los escenarios de afluencia masiva para tener un cara a cara con los ciudadanos y realizar su estratégico volanteo en las principales avenidas de la colapsada capital, se propongan matizar propuestas serias para enfrentar y solucionar la crónica situación por la que atraviesa la ciudad que hospeda los dos cargos públicos más importantes de Colombia: Presidenta (e) y Alcaldesa (e). De verdad es urgente!

 

Como nunca antes, la ciudad de todos los colombianos urge de una estrategia interinstitucional, liderada por el nuevo primer mandatario, en la que prime el interés de más de 10 millones de habitantes, que no solamente sirven como maquinas generadoras de votos en el calendario electoral, sino como ciudadanos, en este momento, habidos de necesidades básicas en su contexto personal, familiar, económico y social.   

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¿ VAYAN A LAS URNAS, ELIJAN Y VOTEN?

Por: Edgar Martínez M. | @EdgarMMDircom | #DirCom|

 

Los colombianos tendrán el próximo 29 de mayo la democrática decisión de salir a las urnas para marcar una de las ocho formulas de presidente y vicepresidente,  impresas en el tarjetón con fotos, nombres y logos, lo cual permitirá en ese nutrido y diverso abanico de candidatos elegir el gobierno en primera vuelta, o por el contrario, si el país sigue a una segunda el 19 de junio, con los dos aspirantes de mayor votación.

 

Será un despliegue de acciones estratégicas comunicacionales en las que las campañas durante los dos siguientes meses matizarán toda su artillería para mostrarse y posicionarse ante los electores, recorrer con sus equipos las diferentes regiones, lograr adhesiones de todos las líneas ideológicas, apariciones en debates académicos y empresariales y los organizados por los medios masivos de comunicación.  

  

Entre tanto, el elector disfrutará la valiosa oportunidad de oír, ver, evaluar, analizar y cotejar perfiles presidenciales oriundos de variadas regiones, con hojas de vida excepcionales, experiencias laborales en lo público  y privado, perfiles académicos respetables y unos más radicales que otros en sus ideales políticos. En esencia, Usted gozará de donde escoger. Solo tiene que revisar sus web para documentarse mejor y tomar la decisión más cercana a su gusto.

 

En esa línea, veremos en campaña a una candidata presidencial y tres vicepresidenciales representando a  territorios apartados e incluso a comunidades afro o “multiculturales”, como dijo, Francia Márquez, en un debate a Revista Semana. Ellas también ostentan destacados y avanzados estudios, currículos con estándares altos, dones de personas indiscutibles, ideas fuertes y visionarias e incluso discursos polémicos para alimentar el debate electoral.

 

Esto último, sin lugar a dudas es un indicador de la fuerza y poder adquirido por la mujer en el escenario gubernamental durante los últimos años, aunque aún falta mayor representatividad en la escena política.  “No me importa que sea mujer, ni  de qué raza, sexo u origen: necesitamos servidores competentes, íntegros e idóneos; con formación y capacidad”, dice el Consultor en Comunicación Política, Miguel Jaramillo Lujan. Esa debe ser la premisa a la hora de escoger.

 

Además, el democrático sistema electoral criollo, con sus errores y virtudes, le brinda a cada persona la mayúscula oportunidad de realizar, su “voto en blanco”, “(…) constituyéndose como el derecho con el que cuenta el ciudadano para manifestar a través de su voto inconformidad frente a los candidatos que se presentan a una contienda electoral”, dice la Plataforma Virtual Urna de Cristal. En este sentido, las resientes elecciones parlamentarias dejaron como resultado más de 1 millón cincuenta y seis mil votos, cifra escandalosa y un llamado de alerta a las campañas para enfocar sus estrategias en aras de recuperar la credibilidad.

 

Credibilidad perdida por los constantes y descarados escándalos de corrupción, el clientelismo, la burocracia, el desgaste de los partidos tradicionales, la generación de políticas públicas acordes a las necesidades de millones de nacionales en la pobreza extrema, la exigencia urgente de un cambio,  son entre otras, las causas que alejan a la gente de los calendarios electorales.  

 

Por esto último, la insistencia en que las ocho fórmulas presidenciales deben ser rigurosamente estudiadas por los ciudadanos (38.819.901 potenciales electores, según la Registraduria Nacional) porque durante los próximos cuatro años más de 50 millones de colombianos quedaremos en las manos de los escogidos, su línea de pensamiento, su programa de gobierno y sus serias intensiones para sacarnos de una crisis sin precedentes en lo social, lo económico, lo cultural y lo político.

 

En resumen, sería absurdo reconocer los derechos políticos en los que ha primado la democracia participativa y respetado el derecho a ser elegido. Por ello, una amplia gama de candidatos por firmas, seleccionados por consultas, perfilados como independientes, nombrados por partidos y movimientos e incluso ex guerrilleros.

 

Esos mismos llegaron a esta primera etapa por preferencia en las encuestas, sondeos de opinión, apariciones en las plazas públicas, apariciones mediáticas  y aceptación entre los miles de ciudadanos comprometidos. Cada candidato, con virtudes y errores tiene sus esquemas programáticos divulgados en la prensa escrita, la televisión, los medios digitales y las redes sociales. Ese insumo debe ser consultado por cada elector para que medite a conciencia cuál es de su antojo y merezca su voto.

 

Se tiene la valerosa oportunidad y derecho a elegir. No importa si su línea de pensamiento es de derecha, izquierda, centro, ultra derecha, ultra izquierda, Liberal, Conservadora, independiente o abstencionista. Vayan a las urnas, elijan y voten!

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#MiColumnaDeOpinión|

LAS FIRMAS: ¿ESTRATEGIA DEMOCRÁTICA?

Por: Edgar Martínez M. | @EdgarMMDircom | #DirCom|

 

Usted o cualquier colombiano se encontrará en cualquier calle o espacio de concentración masiva de público, a personas o grupos, especialmente de jóvenes invitando en tono cordial a brindar su apoyo con su firma a un candidato o movimiento, para aspirar a la presidencia en las elecciones del año 2022.

 

En ese mismo escenario, posiblemente los aspirantes, -conocidos o desconocidos-, aparecerán adornados con camisetas de un color característico, un slogan impactante o curioso, variados mensajes clave destacando una independencia total a la tradición política y un futuro alentador si consigue su objetivo electoral.

 

En esa línea, la recaudación de rúbricas obtiene más poderío cuando los medios de comunicación y las autoridades electorales exaltan la masiva inscripción de políticos profesionales, nuevas, frescas y curiosas figuras, que por medio de la transacción de un mínimo de 355.933 firmas a diciembre de este año, podrán aparecer en el tarjetón como candidatos oficiales.

 

Resumiendo, las acciones estratégicas de recolección, – Ley 130 de 1994-, empodera al ciudadano o a los ciudadanos con diversas formas de pensar, para que fortalezcan nuestra democracia participativa en un país acorralado por dos extremos y un tambaleante centro. “La gente (…) se ha apropiado aún más de la Constitución Política de 1991, especialmente de sus derechos fundamentales”, dice @gomezmendeza Ex Fiscal y Columnista de El Tiempo.

 

No obstante, el “truquito” democrático de candidatos por firmas o el aval del pueblo, como se le define a este arduo y extenso proceso previo a elecciones, deja un sabor amargo porque el político de profesión vendiéndose como autónomo amalgama toda una maquinaria, para finalmente buscar el respaldo de los caciques políticos y partidos tradicionales y, con ello, llegar con más opciones a la recta final.

 

La carencia de liderazgos al servicio de los ciudadanos con rasgos  honestos, serios, empáticos y visionarios es indudable, pero siendo honestos, la figura Constitucional de acumular firmas por parte de cualquier individuo o grupo para hacer política abre las puertas de la esperanza en medio de la crisis.  “La política (…) debe estar en todas las aguas de la vida pública y debe ser abierta, pluralista, cambiante, como lo necesita una democracia”, escribe @YolandaRuizCe en una de sus columnas en El Espectador.

 

Todas las acciones de una marca, producto, servicio o empresa – La política es una empresa – indiscutiblemente deben incluir procesos estratégicos para alcanzar los objetivos propuestos. En el caso de las rubricas, comenta @MAndreaNieto en su columna semanal: “Recoger firmas es un ejercicio que, si se hace con rigurosidad y presencia, deja no solo la satisfacción de hacer las cosas como son, sino de tomar de primera mano el pulso de la calle”.  

 

#Elecciones2022 #Candidatos #CamapañasPolíticas #FreePress

 

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LOS JÓVENES Y EL PODER DE SU VOTO

Por: Edgar Martínez M. | @EdgarMMDircom | #DirCom|

 

Como la mayoría de colombianos observé la masiva, estruendosa y simbólica participación de miles de  jóvenes en marchas, protestas, paros, bloqueos, violencia, muertes y una incansable resistencia, lo que nos debe inducir a pensar en la importancia de esta categoría de ciudadanos y su papel frente a trascendentales decisiones como las elecciones a Congreso, Cámara  y Presidencia en el 2022.

 

Los expertos, analistas y columnistas han dedicado sus contenidos a  sendas radiografías sobre el contexto sociológico, antropológico, cultural, social, económico y por supuesto, político de estas constantes rebeliones sociales, pero han pasado de soslayo a las “juventudes como sujetos políticos activos de esta sociedad”, Ley 1622 de 2013, que en honor a la realidad, puede determinar el futuro de figuras, partidos, movimientos y proyectos en el calendario electoral.

 

Y precisamente es en el escenario del activismo político democrático y civilizado en donde esos miles de jóvenes deben priorizar sus accionares estratégicos promoviendo y exigiendo, a toda la cúpula  gubernamental, sin excepción, los requerimientos de primera necesidad planteados en los acercamientos con el actual gobierno, para que se conviertan en políticas públicas reales y validen el esfuerzo de arriesgar literalmente sus vidas para promover un merecido cambio.

 

Un cambio que se puede plantear, gestionar y ejecutar con base en la normatividad y las leyes incrustadas en la Constitución política, que sin pudor alguno, le brinda serias garantías a las juventudes para que sean partícipes activos en la “cosa política” criolla. En este sentido, un marco referencial son los consejos de juventud,  “organismos colegiados de carácter social, autónomos en el ejercicio de sus competencias y funciones e integrantes del Sistema Nacional de Juventud que operan en los departamentos, distritos y municipios y en el nivel nacional”, Ley 375 de 1997.

 

La ley está hecha! A un carajo proyectos de legislación populistas en el Congreso como el de promover el voto desde los 16 años de edad para solidificar proyectos y líneas ideológicas, en aras de aumentar las curules de los partidos y movimientos más pequeños, y por supuesto, para amalgamar la carrera de una figura con hambre de presidencia.

En esa línea, la Ley de la Juventud en su artículo 3° precisa: “Para los fines de participación y derechos sociales de los que trata la presente ley, se entiende por joven la persona entre 14 y 26 años de edad (…)”. Con esto para qué más! se puede pasar de las teorías, los estudios y las rebeliones a acciones puntuales. Hay que trabajar! Y duro!

 

Trabajar de la mano con los honorables “padres de la Patria”, por ejemplo, en la creación y formalización de un Ministerio de la Juventud para alinear toda una estrategia que permita canalizar todas las necesidades y requerimientos de este importante grupo poblacional. Aclaro que esta nueva entidad estatal debe estar alejada de cualquier indicio de politización, clientelismo, burocracia y corrupción.

 

En este sentido, el Sistema Nacional de Juventud sería el encargado de seleccionar, elegir y proponer a un Ministro en cada gobierno de turno para que ejerza su cargo durante los cuatro años consecutivos, eso sí, bajo un rígido seguimiento y veeduría de quienes le otorgaron ese honorable y responsable menester. Esa es una idea que puede tomar fuerza en la agenda legislativa por parte de senadores que de verdad quieren una representatividad en la gobernanza y una mejor calidad de vida para nuestros jóvenes.

 

Los jóvenes, en esencia vienen promoviendo grandes causas en todos los puntos cardinales del mundo. Sus inquietudes, requerimientos, miedos e incertidumbre son reales y válidos, especialmente en sociedades como la nuestra en la que históricamente los políticos tradicionales y profesionales, los politiqueros y los populistas, han logrado llegar a los altos cargos de elección popular para quedarse, saquear las arcas del Estado y pasar ese poder de generación en generación.

 

Por eso, la urgente de necesidad de apoyar a esas recientes generaciones con causa, con ganas de transformar la mentalidad de hacer política, con serios indicios de ser parte de la gobernabilidad, con la idea de un bien general y con la verraquera para inducir a sus pares a que se apropien de los calendarios electorales para darle poder a cada voto y poder exigir con rigurosidad a cada designado en los cargos públicos.  

 

“Toda esta emergencia de organizaciones juveniles tendrá un impacto político. Aún no se sabe si electoral, lo más seguro es que sí, pero su impacto principal será político, la politización de la juventud ha crecido sustancialmente, se han apropiado del debate de país y han debatido la sociedad que desean. Es un despertar democrático”, sentencia, Ariel Ávila, en una de sus columnas en el Diario El País de España.

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ECUADOR, UN ALARMANTE REFLEJO DE #ELECCIONES EN SUDAMÉRICA

Por: Edgar Martínez M. | @EdgarMMDircom | #DirCom

 

Tratan de ubicar a la “fuerza” entre los consumidores de medios de comunicación que una nación y sus habitantes ganan o pierden con la elección de un presidente, con base en su procedencia de derecha, de izquierda, de centro o de cualquier línea política, sin tener presente que las mentalidades del elector han cambiado como consecuencia de los garrafales e históricos errores de los líderes, pero que ahora son cobrados en las urnas, con resultados, a veces inesperados.

 

La reflexión tiene su origen en la elección del presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, quien, según la prensa mundial es un Conservador tradicional, lo cual despertó las “alarmas” en Colombia, especialmente entre especialistas y generadores de opinión, popularizando la idea que  ganó la derecha del Centro Democrático y perdido la izquierda de la Colombia Humana.

 

La movida política se calentó porque precisamente en menos de un año Colombia estará en ese duro trasegar de elegir a un nuevo mandatario, que de acuerdo con los expertos, las encuestas y los medios, la definición estará entre reconocidos políticos de izquierda, derecha o centro, lo que les dio la autoridad de concluir cómo la votación ecuatoriana puede incidir en la colombiana.

 

Más allá de la actualidad y la cercanía de la noticia política es valedero aclarar que esos cambios bruscos en las presidencias republicanas de Sudamérica obedecen a serios problemas históricos relacionados con el descontento, reclamo por el estancamiento económico, la evidente corrupción, la desigualdad, el aumento constante del desempleo y la destacada falta de oportunidades para los jóvenes.

 

Precisamente, los jóvenes o nuevas generaciones vienen siendo los más afectados en toda la región porque ven truncados sus sueños en sus naciones de origen y decepcionados de las débiles y austeras políticas públicas de sus gobiernos de turno para sacar  del hueco a sus pueblos. Esos mismos jóvenes son quienes aborrecen los proyectos políticos tradicionales –sea la línea que sea- y exigen cambios radicales de sus líderes por un mejor bienestar para sus sociedades.

 

Un ejemplo mayúsculo es como ciudadanos, incluidos jóvenes, estudiantes, adultos, profesionales, comunidades indígenas, sindicatos, entre otros, de Venezuela, Perú, Chile, Bolivia, Ecuador y más recientemente Colombia, salieron a las calles a exigir recuperar la dignidad humana en  todos los frentes – Economía, Salud, Educación, Vivienda, Oportunidades, Empleo, entre otras- para mejorar y escalar en la vida social de sus países.

 

Las manifestaciones han sido la punta del “iceberg” para que la gente tome conciencia a la hora de elegir un mandatario, incluso, sin medir su procedencia política como sucedió en Ecuador. En este sentido, la documentación consultada dice que todas las vertientes han tenido oportunidad de gobernar en la región, pero la falta de proyectos serios, con políticos serios ha promovido un descontento total en la ciudadanía.

 

Ese descontento hace que el elector opte por una persona cercana a sus sueños, a sus proyectos, a sus emociones. Por ello siempre será factible que en Ecuador, Colombia u otra nación de la región sea posible que la derecha, la izquierda, el centro, el liberal el conservador e incluso esa figura destacada en otros ámbitos fuera de la política tradicional tenga la oportunidad de ser su presiente. Faltan proyectos serios desde hace décadas en nuestros países!

 

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¿CÓMO SE DEBE HUMANIZAR LA POLÍTICA?

Por: Edgar Martínez M. | @EdgarMMDircom | #Dircom |

 

Una enfermedad que tiene de rodillas a todo el mundo con una crisis sanitaria sin cercanos precedentes para la humanidad y el caos que está generando en la vida diaria de los más pobres o débiles, debe ser el punto de partida para que la clase política humanice las decisiones de sus liderazgos.

 

Cuando se habla de humanizar referenciamos conceptos básicos para entender que está en juego la vida de millones de personas de carne y hueso. Esas mismas personas, que en varias elecciones, con sus votos, les dieron la oportunidad a los políticos de ser favorecidos en altos cargos públicos para que hagan el máximo esfuerzo de trabajar por sus necesidades básicas.

 

Desde esos importantes escenarios, los gobernantes deben  rescatar, socializar y sintonizar en su qué hacer cotidiano palabras de “moda” como solidaridad – apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles-, pero no solamente en calendario electoral, ni en un momento de calamidad, el líder político debe estar en las buenas y en las malas con su gente, con sus ciudadanos.

 

Otro término que merece atención en las nuevas agendas gubernamentales es la empatía qué siente o piensa otra persona, e incluso ponerse en su lugar-. Es decir, la urgencia de apropiarse y solucionar a corto plazo problemas sociales y económicos de “vieja data”, que siguen enquistados entre los más pobres y sin dolientes por parte de los gobiernos de turno, partidos o líderes políticos.

 

Los políticos deben entender que millones de colombianos andan inmersos en la pobreza, el hambre, el desempleo, la inequidad y un sin número de problemas identificados incluso por estudios de entidades gubernamentales. La racionalidad, en este sentido, entra a jugar un papel importante, entendiendo que se deben propiciar soluciones con objetivos puntuales y dirigidos a los ciudadanos más indicados.

 

Es por esto que humanizar con palabras y significados a la clase política es una tarea de  sensibilización con énfasis en las grandes brechas entre ricos y pobres, evidenciadas últimamente en todo el país con protestas, cacerolazos, marchas, paros y un sin número de activismos sociales que claman con mensajes de compasión para que las necesidades sean observadas por los gobernantes.

 

El clamor humano es que toda la clase política por una vez en toda su existencia deje a un lado el afán de seguir “enquistada” en los altos cargos públicos para  beneficiarse y beneficiar a los mismos de siempre. A los políticos en ejercicio, que  a cambio de hacer campaña electoral durante su gobierno, se dediquen de todo corazón a generar propuestas serias para sacar adelante a sus ciudadanos.  

 

Resumiendo, la solidaridad, la empatía y la racionalidad son algunas de las cualidades humanas que sirven para revitalizar, revivir y reinventar la actividad política en todas sus manifestaciones, en un momento crucial para las miles de personas que viven en carne propia la arremetida de una pandemia que es ajena a la pobreza o al más débil.

 

Todos piensan que esta crisis va a generar un gran cambio en las personas porque se están evidenciando las más crueles necesidades de las clases menos favorecidas. Si el dolor de los ciudadanos es ajeno a los grandes líderes políticos es claro que la humanidad va a seguir en grandes momentos de incertidumbre. Los partidos, los movimientos y las figuras políticas tienen la palabra. El tiempo es el juez…

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LOS #POLÍTICOS Y SUS “LOCOMBIADAS”

Por: Edgar Martínez M.| @EdgarMMDircom | #Dircom |

 

Cuando se trata de buscar el significado del término “locombia” – expresión tergiversada en estos días por el presidente, Iván Duque, en una de sus apariciones mediáticas -, difícilmente se puede citar una fuente oficial que nos aclare a ciencia cierta los orígenes de este  vocablo, que palabras más palabras menos, se relaciona con situaciones extrañas, controvertidas y graciosas en el contexto colombiano.

 

Ese mismo contexto nos lleva en ocasiones extremas a rebuscar, reconvertir o armar nuevas palabras que nos  permitan ridiculizar, recordar o señalar con humor negro, hechos o situaciones en las que aparecen como actores principales las figuras públicas y en un segundo reparto las personas del común. Por ello, la palabra “locombia” nos rememora acciones o expresiones absurdas que en cierta medida son aceptadas en nuestra sociedad como normales, pero anormales en medio de cualquier crisis.

 

Las personas del común, medidas las proporciones, pueden cometer las “locombiadas” que se les venga en gana, si se tiene en cuenta que por naturaleza somos un país “mamador de gallo” con uno mismo y con nuestros semejantes. Pero en los últimos días, ciertas figuras políticas haciendo apología a la palabra en cuestión toman decisiones o proposiciones, que además de hacer reír en medio de los crasos problemas, le sacan la piedra hasta al más desprevenido de los  colombianos que habitan este caótico país.  

 

Un ejemplo reciente propone eliminar las primas de junio y de Navidad, suspender las cesantías y el pago de los intereses de las mismas, entre otras bondades laborales ganadas desde hace muchos años por los trabajadores. El maniático planteamiento del reconocido político, Germán Vargas Lleras, cayó como un baldado de agua caliente entre los millones de asalariados y despertó sendos reproches ante esta “locombiada” en momentos de pandemia.

 

Y es que en medio de la emergencia sanitaria las decisiones políticas afectan  las fibras más sensibles del más curdo, teniendo presente las inversiones en estrategias de publicidad en medios de comunicación tradicionales y digitales, que rozan los 14 mil millones de pesos para posicionar la imagen del Presidente y la Alcaldesa, los dos cargos políticos más importantes de Colombia. A decir verdad, una cifra “loca” para tal fin en medio del hambre y la incertidumbre económica para millones de nacionales hábidos de un tratamiento psiquiátrico para entender estas sabias y sustentadas determinaciones.

 

Eso pasa en Colombia! O mejor en locombia. La misma que por esas cosas de la fuerte y cambiante dinámica política produce escándalos a diestra y siniestra con autores intelectuales o materiales cercanos a los gobiernos de turno. “No hay agencia de lobby que pueda acallar las críticas por la compra de una flota de camionetas blindadas en plena pandemia; ni que logre camuflar las actuaciones ilegales de la inteligencia del Ejército, dedicada a chuzar periodistas colombianos y extranjeros, activistas de derechos humanos o líderes de la oposición”, señala Vladdo en su última columna de El Tiempo.

 

Más allá del tinte humorístico, que no está de más en estos oscuros momentos para la vida de millones de colombianos de carne y hueso, queda en nuestras lucidas mentes cómo la clase política aprovecha cualquier momento para obtener réditos succionando recursos del Estado e invirtiéndolos en banalidades para gratificar a sus aliados, enaltecer sus labores y generar impactos mediáticos que les permita seguir adelante con sus proyectos politiqueros.

 

En menos de dos semanas, la prensa ha destacado estos casos por ser los más sonados y cercanos a grades personalidades e instituciones, lo cual amerita siempre estar atento a cualquier “embarrada” que merezca la atención y el control   ciudadano, teniendo siempre presente que a veces esas “locombiadas” en medio del “humor negro” tienen serias repercusiones en la vida de los colombianos más necesitados.

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LA #MUERTE EN EL #DISCURSO POLÍTICO

Por: Edgar Martínez M.| @EdgarMMDircom | #Dircom |

 

Sentir la partida de un familiar, un ser querido o un amigo  cercano debe ser un momento indeseable para cualquier persona, pero aún más cruel para quien asume ese duro trance en medio de protocolos restrictivos por la seguridad sanitaria de sus semejantes. Ese padecimiento debe ser en su máximo esplendor respetado, incluso por los gobernantes, que en medio del dolor ajeno lanzan frases populistas disque para proteger a la población.

 

La muerte nos asusta. Y más susto genera cuando a cada segundo, a cada minuto y a cada hora, los medios de comunicación y las redes sociales nos bombardean con cifras sobre el aumento exponencial de seres humanos sucumbidos por la pandemia del coronavirus en todos los rincones de Colombia y el mundo.

 

Ante este crudo, pero real panorama, los presidentes, gobernadores y alcaldes, le ponen la cara a sus ciudadanos emitiendo, con base en los consolidados de las autoridades de la salud, los reportes de muertos, infectados, enfermos y recuperados, por este letal virus, que sin mirar condición social viene acabando con las vidas de ciudadanos en países desarrollados y sub desarrollados.

 

Es decir, en estos momentos de pandemia, la muerte nos viene acorralando, nos viene acompañando, nos viene haciendo sentir frágiles en algunos momentos. No se trata de causar más pánico. Se trata de hacer caer en la cuenta cómo ese cruel acto de fallecer se está  usando en los discursos para enaltecer y llamar la atención del accionar político a la hora de ejercer su liderazgo en la crisis.

 

Sentir la partida de un familiar, un ser querido o un amigo  cercano debe ser un momento indeseable para cualquier persona, pero aún más cruel para quien asume ese duro trance en medio de protocolos restrictivos por la seguridad sanitaria de sus semejantes. Ese padecimiento debe ser en su máximo esplendor respetado, incluso por los gobernantes, que en medio del dolor ajeno lanzan frases populistas disque para proteger a la población.

 

A ese dolor se une la influencia mediática del miedo divulgado en las frases emitidas recientemente por la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, en una entrevista a la W Radio en la que se matiza la palabra muerte:  “(…) no le matemos los padres a los niños (…), se nos dispara la muerte en la ciudad (…), muertos tirados en las calles de Guayaquil (…), (…) porque a sus papas los mató (…), enterrando gente en fosas comunes (…), salga exponga su vida y mátese (…)…”

 

Como dijo Séneca, nada es tan cierto como la muerte. O como sentencia el adagio popular, nacimos para morir. Pero hasta qué punto es permisible restregar en medio de este pánico viral a la gente las formas y funestas maneras de dejar este convulsionado mundo material? Queda en el imaginario un protagonismo calculado para obtener una figuración por medio de un discurso sensacionalista.

 

A la par, el funcionario público debe ponerse en el lugar de millones de colombianos de carne y hueso que  sentados en las salas de sus casas o apartamentos, con un importante número de restricciones soportan toda una amalgama de contenidos negativos en nada cómplices con su estado de ánimo, y por el contrario, sumatorios a los altos índices de estrés en estos complejos momentos para la humanidad. 

 

“En América, los tres países con la mayor fortaleza institucional –EE. UU., Brasil y México– son los que encabezan las estadísticas de afectaciones en esta pandemia”, dice Fabio Zambrano, del Instituto de Estudios Urbanos de la Universidad Nacional. No obstante, los millones de ciudadanos en ataúdes pasan inadvertidos para sus gobernantes porque está un juego una reelección, una línea ideológica, la estrategia demagógica o la proyección electoral.

 

Con la muerte y las emociones de la gente en tiempos de pandemia se debe obviar cualquier intento de protagonismo político, mensaje que debe calar en todas las corrientes y figuras partidistas, entendiendo que es el momento de aunar esfuerzos para sacar adelante a toda una nación. Todo a su debido tiempo…

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LOS POLÍTICOS Y EL #VIRUS DE LA #POLITIQUERÍA

Por: Edgar Martínez M.| @EdgarMMDircom | #Dircom |

 

Ni siquiera el dolor humano por el que atraviesa millones de colombianos sirve para despertar conciencia entre concejales, alcaldes, gobernadores y líderes políticos, que aprovechan este duro trance para poner en práctica las viejas y conocidas artimañas de la politiquería, lo cual a largo plazo implica ganar esos votos que los  reelegirán o elegirán por primera vez. Es un viejo resabio, dirían los abuelos.

 

Los partidos, los movimientos y los líderes políticos, sin excepción alguna, le tienen “medido el aceite” al calendario electoral, lo que significa un agitado y cotidiano activismo “politiquero” para acaparar la atención de los medios de comunicación, las redes sociales y los posibles votantes.

Para nadie es un secreto que en menos de dos años, las elecciones legislativas -Congreso y Cámara- desde ya comienzan a jugar un papel importante entre las agendas de trabajo de las “viejas y nuevas” figuras de la movida política local, regional y nacional.

 

A la par de esos comicios, los generadores de opinión, las firmas encuestadoras, los politólogos y la prensa enfilan los perfiles de los candidatos a la presidencia del 2022, sin observar que el actual sortea su cargo direccionado sendas crisis de liderazgo en plena pandemia.

“Del resultado de esta batalla depende la elección presidencial del 2022. La pelea es clara. Ninguno de los dos tiene pelos en la lengua”, sentencia, Juan Lozano en una de sus columnas semanales de El Tiempo: Petro vs. Claudia.

 

Así funciona el sistema. Con una premura y presión electoral encargada de desenmascarar, sin querer queriendo, a funcionarios públicos haciendo “politiquería” ante la opinión pública, pero en medio de la debacle social, humana y económica, por la incrustada crueldad  del coronavirus en Colombia y el mundo.

 

Ni siquiera el dolor humano por el que atraviesa millones de colombianos sirve para despertar conciencia entre concejales, alcaldes, gobernadores y líderes políticos, que aprovechan este duro trance para poner en práctica las viejas y conocidas artimañas de la politiquería, lo cual a largo plazo implica ganar esos votos que los  reelegirán o elegirán por primera vez. Es un viejo resabio, dirían los abuelos.

 

El “politiquero” en uso de sus facultades usa las oportunidades más débiles del ciudadano liderando campañas solidarias de todo tipo, que van desde la donación de mercados hasta ilusionar con techo y comida a los más desprevenidos. Ellos, son unos ganadores del Premio Oscar al mejor artista cuando de egos, protagonismos y liderazgos falsos se trata. El fin siempre será su estatus político.  

 

Estas formas carroñeras de hacer proselitismo llevan a que entre colegas se agravien como sucedió con la propuesta de la Alcaldesa de Bogotá, Claudia López, quien invitó a los congresistas a donar un mes de salario. “Es un acto de “politiquería barata” y una “costumbre clientelista con la ciudadanía”, dijo el representante César Augusto Lordu.

 

La movida “politiquera” no para ahí. «Están utilizando estos recursos para los más vulnerables, los pobres y los menos favorecidos para hacer política en las regiones», denunció el Procurador General, Fernando Carrillo, tras identificar las repetidas denuncias sobre el abuso de los mandatarios regionales con dineros públicos dirigidos a pagar favores por medio de contratos sobrevalorados en publicidad, mercados y dotación para los hospitales. Que vergüenza! 

 

Colombia es un país político por historia, pero “politiquero”  durante los 365 días de cada año. Esta última forma es un cáncer sin cura hasta que los propios electores adquieran una cultura racional y responsable de elegir a sus representantes en los altos cargos públicos. Lo acontecido por estos días de coronavirus debe despertar la conciencia de los ciudadanos quienes en últimas con su voto los ponen donde están.   

 

El llamado de atención también es para los políticos en ejercicio, quienes fueron elegidos para aliviar, si es que se les da la gana,  las crónicas dificultades sociales, económicas, educativas y culturales de millones de nacionales, que por su endeble situación siempre caen en las manos de las propuestas “politiqueras”, que tienen a esta nación en uno de sus momentos más inestables, augurando que será peor para los más pobres.

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SEAMOS DISCIPLINADOS, CARAJO!

Por: Edgar Martínez M.| @EdgarMMDircom | #Dircom |

 

Mientras escribo estas letras, en Colombia, los casos de contagio llegaron a los más de 1.500, cantidad que seguirá aumentando porque, según los voceros de los sistemas de salud, los expertos y los medios de comunicación, esto apenas es el comienzo de una enfermedad que no respeta raza, color, religión, cultura, ni clase social.

 

Ha pasado un mes desde que se conoció el primer caso de coronavirus en Colombia. La alarma que inició como una epidemia en Wuhan, China y se expandió a nuestros días como una pandemia en los cinco continentes arrasó sin compasión con la vida de más de un 1 millón 174 mil personas en el mundo, cifra en constante aumento mientras redacto estas palabras.

Mientras escribo estas letras, en Colombia, los casos de contagio llegaron a los más de 1.500, cantidad que seguirá aumentando porque, según los voceros de los sistemas de salud, los expertos y los medios de comunicación, esto apenas es el comienzo de una enfermedad que no respeta raza, color, religión, cultura, ni clase social.

 

Ante tan comprometedor y sensible panorama, el Gobierno Nacional viene adaptando en “tiempos records” estrategias divulgadas en la prensa privada y estatal para que la ciudadanía las adopte responsablemente a su vida cotidiana, se proteja, prevenga a sus familiares y a los individuos con los que posiblemente tendrá contacto en cualquier momento.

 

No obstante, miles de personas, por esa mentalidad disque “folclórica” viene tomando cuarentenas parciales o totales como espacios de entretenimiento social  en lugares turísticos, centros comerciales, supermercados, entidades financieras y lugares de alta aglomeración de público, sin tener presente la alta posibilidad de adquirir el virus y convertirse en un potencial transmisor.

 

Esos “arrebatos” de estar en diario contacto social con sus semejantes es el que tiene en un “holocausto” sanitario a Italia, Francia, Alemania, España, Inglaterra y Estados Unidos, sociedades desarrolladas e iconos de la disciplina, cuando de acatar medidas que van en favor o en contra de ellos, se trata.   

 

Precisamente esos ciudadanos, especialmente los de Italia, foco del brote en Europa, con receptores y emisores sin control, son los que por sus dramáticos resultados en número de vidas perdidas y otras luchando por sobrevivir en las camas de los hospitales, le claman a todo el mundo que sean disciplinados sociales, que se refugien en sus casas, que acaten las cuarentenas.

 

Es cierto que el lavado de manos con jabón, el uso de tapabocas, el distanciamiento a un metro, entre otras medidas adoptadas, no solo en Colombia sino en el mundo, han calado en un gran porcentaje de la gente. Pero como a niños de escuela primaria o adolescentes desubicados, a muchos les cuesta trabajo quedarse en sus casas o en sus apartamentos, como una manera de aportar a un problema de gran magnitud. Esto es responsabilidad de todos!

 

Las personas por naturaleza queremos ser activos de esta compleja sociedad desde nuestras profesiones, trabajos, estudios, negocios o la actividad que nos hace importantes, victoriosos, héroes e  incluso líderes, pero este “baldado de agua caliente” debe ser un punto de partida para entender que una estrategia o política pública en este momento queda en “jaque” sin el aporte total de cada uno de nosotros. Por una vez en la historia: seamos disciplinados, carajo!

 

Las autoridades sanitarias auguran que seguramente el virus seguirá su ciclo durante todo este año dejando por el camino una estela de muertos y enfermos crónicos incalculables. Las cuarentenas totales o parciales demuestran en los países más afectados que es una de las tantas salidas mientras la ciencia autorizada encuentra un antídoto o vacuna para frenar de tajo este mal. Por ahora, la invitación es a ser disciplinados, carajo!

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